Un gato en el año del tigre

Mi gato maúlla por siempre.

Juancho

with 5 comments

Me contó un gato que había una vez un explorador incapaz de quedarse en el mismo sitio por más de un día, al cabo del cual debía salir a conquistar paisajes nuevos y recorrer el mundo hasta agotarlo. Al tiempo la familia empezó a preocuparse por su integridad frente al empeño de retar al destino en los confines de la nada. Se les ocurrió presentarle en sus bodas de oro el mayor regalo que un aventurero puede aspirar en este mundo lleno de cosas que no se ven; el más moderno dispositivo para establecer su posición en el planeta, mediante la vigilia permanente de un satélite, dotado de baterías de larguísima duración y cuya expresión era un latir incesante igualito a un corazón en la pantalla de un hospital.

A partir de esa epifanía tecnológica todos pudieron restablecer sus vidas normales, mientras el receptor ubicaba al abuelo en cualquier instante o lugar, ya sea en un continente, en medio de uno de los siete mares, en el curso de algún río o bajando por alguna cascada cuya cortina escondía cavernas llenas de agua y aventuras. Los nietos se reunían para seguir esa señal mágica, mientras soñaban las peripecias del anciano quien no paraba en la casa sin estar pensando en su próximo despacho. Los deleitaba en aquellas escasas ocasiones cuando les contaba alguno de sus periplos interminables, aderezando los extremos, expandiendo los riesgos y embelleciendo a las exóticas beldades que siempre salían a su encuentro en los lugares más inesperados. Les narró con los ojos llenos de vida cuando casi desposa a una manatí al Sur de la Florida, cortejó a una reina goajira en la Península, comió tortilla de araña mona en el alto Caura, bebió sangre en la Patagonia, buscó el oxígeno en el Titicaca y se despeñó por el Gran Cañón hasta donde el grito se hace silencio. Había de todo en su vida llena de lugares, gente y circunstancias, excepto un hogar.

La familia notó en las últimas semanas cierta truculencia, luego de una estadía al Norte del delta del Río Mississippi, cuando la señal reposaba a la vera de un meandro, para retomar su ritmo acelerado cauce abajo seguramente tras nuevas emociones. Se detuvo de nuevo por algunos días, para seguir al Sur hasta conseguirse con el Golfo de México donde vagó libremente, en lo que parecía ser su albedrío. Cuando la reserva de sus medicamentos, la única medida de su libertad, comenzó a ser crítica, la familia se unió en gran plegaria para rescatar al senil explorador. Las súplicas se elevaban en la misma medida de la precisión de los sistemas de ubicación, se hacían guardias frente a la pantalla para ver ese latir de la esperanza ir y venir alrededor del estuario, en lo que parecía una rutina inesperada. Hasta que un día aceleró su desplazamiento de manera peculiar. Entonces se identificaron las rutas que dibujaba el cursor intermitente, se hicieron los cálculos y se nombraron los lugares por los cuales habría de seguir el recorrido motorizado de este viajero impenitente.

Cuando al final del recorrido se levantó la intriga, nadie añadió palabra a lo que no necesitaba explicación y las miradas rehuían al dispositivo que ahora mostraba de manera monótona las coordenadas precisas del querido abuelo, en lo que parecía ser su morada por un buen tiempo.

Los niños emocionados se preparaban con dibujos y otros presentes, mientras los adultos llenos de nostalgia no evitaban un gesto de alegría al escuchar la señal más querida de esa familia. Cada verano les encontraba a todos celebrando la vida, escuchando emocionados su irreductible palpitar electrónico que nunca cesó de conquistar paisajes nuevos y recorrer el mundo hasta agotarlo, frente a la jaula del último cocodrilo albino del Río Mississippi, en el Gran Zoológico de Houston.

Palabra de Gato.

Bartlesville, Enero 12, 2010

La vista al jardin

Una jornada particular

El abuelo un dia

La mantita del saurio

Written by gpisanic

13/01/2010 a 12:43 AM

5 respuestas

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  1. Haha ese gato si habla!!
    Nos parecemos un poco en la parte de que si nos quedamos mucho tiempo en un lugar nada es lo mismo… Cosa que me encanta :).. Saludos a peludo y a todos!! ❤

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    andrea

    17/01/2010 at 4:19 PM

  2. Me gustó este cuento absurdo que secuestró mi interes…entonces…¿el cocodrilo se comió al gato?

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    Gioconda

    16/01/2010 at 11:38 AM

    • Haha !
      Pobre gato, lo que Juancho se comio fue al abuelo con GPS y todo !
      Recibe un gran abrazo,
      Enrique

      Me gusta

      gpisanic

      16/01/2010 at 5:30 PM

  3. Uhm, Cat Burguer!

    ¿Qué inventarán después?

    Con razón tan húmedo itinerario

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    Rafa Gomez

    13/01/2010 at 4:17 PM


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