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Ser hombre hoy

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Un libro a 24 manos

Vengo de una familia donde el amor proveía todo, y ante las carencias que eran muchas, la alegría de compartir lo poco o mucho que había en la mesa superaba cualquier necesidad. Sin llegar a pasar hambre teníamos lo justo para salir adelante, sin lujos o bienes materiales, excepto libros y cultura, donde el mayor aliciente junto a mi hermano Eduardo era honrar el esfuerzo de la cabeza de esa familia – mi madre.

La ventaja de una formación estoica es que no existe la queja, puesto que el esfuerzo se concentra exclusivamente en lo que se puede controlar. El resto del mundo no existe cuando la supervivencia ordena las prioridades, y vivir al día con los recursos contados es la mayor prueba de habilidad para organizar, optimizar y aprovechar la vida al máximo. Cuando las cosas se ponen difíciles – y créanme que se ponen difíciles – no hay nada más importante que mantener la calma, y con ella la salud mental.

Bajo esa premisa, la introspección es la respuesta natural de alguien estoico donde se agudizan los sentidos, y ante el énfasis actual de figurar e influenciar, la respuesta es el aumento de la capacidad de observación, cualidad fundamental para entender el mundo, ahora más que nunca.

Muy temprano en mi existencia me di cuenta que era un gran observador, pronto eso me llevó a entender mejor mi entorno, y dicha capacidad privilegió el contar historias, como la que me sucedió recientemente cuando recibí el resultado del análisis genético que encargué para investigar de dónde venía.

La sorpresa envuelta en esos genes no la esperaba, y luego de una larga vida no creía que sería sorprendido a estas alturas, pero siempre hay algo que te mueve el piso y en mi caso resultó un movimiento tectónico a nivel personal que exigía revisar mi existencia en su totalidad. Las fuerzas telúricas inimaginables trastocaron todo el universo tal y como lo conocía hasta entonces.

De modo que comencé por preguntarme cómo había sido posible haber llegado hasta este punto con esa característica inesperada, que movía mi mundo hacia órbitas desconocidas. Así mismo, me preguntaba cómo me vería mi familia – porque la opinión del resto del mundo francamente nunca ha sido un motivador en mi caso.

Y luego de meditarlo mucho llegue a la feliz conclusión de extraer lo mejor del nuevo escenario, el cual ampliaba el sentido de la vida hacia horizontes inesperados.

Lo primero que hice fue escribir la historia de mi descubrimiento, sus consecuencias y lo que significa para mí en este momento de la historia. Animal concebido relata los sucesos y las consecuencias de tal sorpresa, en el libro Ser hombre hoy, a serpresentado hoy 1 de Junio, @libreria_gaztambide de Madrid a las 18:15 horas..

Para alguien quien necesita entender el mundo a su alrededor, me encontraba en el borde de mis creencias y como Telémaco justo antes de partir tras su padre Ulises, cuando su madre – siempre la madre – Penélope le espetó – adónde vas sin discurso ¡ Así me sentí cuando descubrí la verdad que encerraban mis genes y que tarde toda una vida en descubrir, y a partir de entonces comencé de nuevo con un discurso adicional e inesperado capaz de llevarme adelante en esta odisea inesperada.

Que los genes no te sorprendan.

Gustavo Pisani, Richmond, Texas, Junio 1, 2023

Autor en Amazon

https://www.instagram.com/ser_hombre_hoy_libro/

Written by gpisanic

31/05/2023 a 5:01 PM

Publicado en Ser hombre hoy

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