Posts Tagged ‘relato’
Esclavos en la oscuridad – Las torres del silencio
Continuación – Al-Juraismi
En la casa del vigilante se conservaba el objeto de mayor valor de su familia, un facsímil ejemplar de los textos védicos Sulba sutras, escritos en paremia por Apastamba. No recuerda cómo llegó ese tratado a un lugar tan importante en el altar Zoroastro de su padre, pero le impresionaba la devoción que le brindaba en largas sesiones de oración y contemplación.
Mientras el joven estudiaba en la Universidad, se interesó por conocer el libro y luego de obtener el debido permiso, se sumergió con una mezcla de curiosidad, respeto y temor en las paginas donde cientos de aforismos le brindaban un sentido especial del espacio, la vida y la muerte.
Comprendió a lo largo de intensas sesiones de estudio, los secretos geométricos de construcciones originalmente utilizados para los sacrificios. Sin la necesidad de una demostración lógica, el conocimiento se erigía en base a la experiencia acumulada por siglos de esfuerzo por parte de los seguidores de la religión más antigua de Mesopotamia.
Se perfeccionó lentamente durante los últimos 3000 años de antigüedad del prehistórico sistema religioso común indo-irani y ha desarrollado alternativas deductivas sin necesidad de demostración, pero de una capacidad admirable de resolver problemas prácticos.
Uno de los desarrollos más fascinantes a partir de la obra de Apastamba, es la programación de sistemas basado en axiomas, y el desarrollo del lenguaje exclusivo para la ejecución de esas tareas denominado Mazda. Los programas escritos en dicho lenguaje se han popularizado intensamente gracias a la proliferación de redes dedicadas a su culto tecnológico, el cual se distribuye sobre la plataforma de mensajes cortos, mejor conocida como Twitter.
Entre los programadores más ingeniosos ha destacado uno identificado como Dokhma. Se le atribuye haber generado un programa de virus informático tan ingenioso como una casa a la malicia.
El enfrentamiento de escuelas de pensamiento seria el escenario elegido para comprobarlo.
Gustavo Pisani, Richmond, 6 de Junio, 2015
Esclavos en la oscuridad – Studebaker Avanti R3
Continuacion – Ariete
La turbulencia semejante a una conflagración afectó la integridad estructural de la planta, colapsándola entre ruidos agudos de metal cediendo a la carga y el estruendo de segmentos enteros chochando contra si camino al suelo. No quedó nada en pie y el sistema de control central activó su rutina de restablecimiento del nivel básico de control, en otras palabras apagar el sistema y ceder el control al arranque de secuencias controladas.
Y era allí donde la estrategia de este solitario vengador alcanzaría su mayor victoria, pues mientras la construcción se venia abajo, él se concentró en alterar el flujo del control lógico programable.
Desde su creación en el año 1968 el entonces llamado MODICON (Controlador Modular Digital) permitió automatizar funciones industriales mediante el flujo lógico de decisiones según las mediciones de los sensores de la red de control distribuido. La primera aplicación fue encomendada por la firma dependiente de la fabricante de vehículos General Motors, en su división de cajas de transmisión automática.
El Avanti R3 de la Studebaker fue un milagro desde su presentación en el Show de Nueva York en 26 de Abril, 1962 hasta que fuera descontinuado, reanimado hasta el 2007 y de nuevo descontinuado hasta la fecha. La lealtad de los consumidores permitió una larga vida a esos modelos futuristas de una fábrica que desapareció a pesar de la pasión del mercado por su línea atrevida e independiente. Ofrecía novedades admirables para la época, carrocería de fibra de vidrio, frenos de discos y un motor sobrecargado, de 400 Caballos de Potencia. La leyenda indica que alcanzaba mas de 270 kilómetros por hora en circuitos de prueba como la pista de Bonneville, en el Estado de Utah.
El padre del vigilante adquirió uno de ellos y se aseguró de dotarlo de la tecnología de punta del momento. El MODICON del alternador de su nave era esa tecnología.
Gustavo Pisani, 30 de Mayo, 2015
Esclavos en la oscuridad – El neologismo
Continuación – La danza
La empresa en cuestión se ha destacado significativamente de la competencia, gracias a su ritmo frenético de hacer negocios. Se dice que es una Corporación Robot, un neologismo establecido para describir la inesperada situación de una empresa donde no hay humanos en su plantel laboral, directivo o accionista, pero nadie lo cree. Hasta ahora.
La ausencia de humanos en una firma no es nueva en la historia de los negocios. Personalmente he conocido diversos escenarios donde la ausencia de gente era notoria, mientras se mantenían presentes para miseria del entorno social. Cada vez la anomia de los dirigentes empresariales es mayor, mientras las decisiones se justifican en nombre de los accionistas.
Pero esta corporación era diferente a cualquier otra, en principio porque no disponía de una sede fija, su domicilio fiscal cambiaba diariamente lo cual dificultaba cualquier traza fiscal. Se escudaba bajo un mazo de resquicios legales y paraísos de diversa índole alrededor del mundo. Una de sus estrategias es colocar estaciones habitables en órbita, para desde allí tener acceso libre sin las restricciones territoriales de países soberanos. Ya estaban construyendo el objeto espacial de proporciones fuera de este mundo en una serie de instalaciones distribuidas en varios lugares del planeta.
Adicionalmente, no existía una cara visible a cargo, su presencia en los medios era digital y declaraba a un solo empleado humano, quien actualmente se encontraba de baja en permiso indefinido por razones de edad. Actualmente el individuo cuenta con 67 años según el registro público y su ocupación es vigilante nocturno.
Los proveedores son sorprendidos constantemente por el trato impersonal con la empresa. En virtud de la importancia de la cuenta, ellos sólo reparan en atender sus pedidos y hacer efectivos los pagos que se ejecutan de manera impecable. Era la transición hasta que en el futuro los negocios de robot a robot se habilitaran a través de la Internet entre dispositivos, donde el humano queda excluido.
Todo lucía impecable hasta que el mecanismo de aseguramiento de calidad detectó una anomalía de programación, dentro de un programa de control de millones de líneas de códigos. Algo en apariencia intrascendente, señal de un futuro con espacio para los errores que han caracterizado nuestra existencia, desde que una mutación genética nos permitió bajar del árbol. El futuro volvía a tener sentido humano a pesar de la auto programación y otras estrategias de control absoluto inherentes a los sistemas expertos.
Gustavo Pisani, Richmond, 25 de Mayo, 2015